Texto borrador para la reflexión: «no hagas escrache, que esta feo»

Recuperamos un instrumento del que disponemos como colectivo para expresar nuestra posición como Asamblea ante diferente temas. Como podemos ver en el apartado REFLEXIONES  de este blog, cualquier persona puede proponer un texto para que sea leído con anterioridad, reflexionado y debatido su aprobación, modificación o rechazo en la siguiente Asamblea de Retiro. Si el texto que inicialmente es tan sólo una propuesta es consensuado pasa a ser un texto propiedad de la Asamblea en su conjunto y puede ser usado por la misma cuándo y cómo la misma crea pertinente.

Este es el caso de este texto propuesto por uno de nuestros compañeros y que es publicado en concepto de borrador para que pueda y debe ser leído antes de la próxima asamblea  del sábado 6 de abril, en cuyo orden del día estará incluida su discusión.

NO HAGAS ESCRACHE, QUE ESTÁ FEO

De las pocas compensaciones que quedan cuando el deterioro físico avanza, quizá la principal sea la memoria. Sin memoria poco somos, naciendo a cada momento…

Y ahora recuerdo algo de cuando yo era chico y que se me grabó en el alma; desde entonces no ha habido un momento en que no lo tuviese presente, que no me llevase por la senda correcta. Esta es la historia:

Entonces, en aquellos tiempos en los que Jesús decía a sus discípulos cosas, el mundo ilustrado se movía bajo los dominios de Heliogábalo, tal vez el emperador romano más transgresor, más auténtico, más salvaje, más déspota…

Pero no es de Heliogábalo de quien me acuerdo, es de un periodo muy corto, apenas un número en el circo de Roma.

Los que no lo habéis vivido aquello, sabed que no eran infrecuentes los espectáculos, bueno, como el futbol más o menos ahora, pero con más variedad.

El circo tenía (y todavía se conservan sus ruinas) una infraestructura muy importante, una parte de la cual incluía un foso en el que se podían enterrar a distintos seres vivos (muchas veces humanos, pero no siempre). Este foso desapareció como consecuencia de los hechos que voy a relatar y de él solo se conservan algunas referencias.

Un día de espectáculo, jueves, cuando el público entró y ocupó sus localidades (como ahora, los ricos en sombra y con canapés y los pobres, al puro sol y agradecidos de haber encontrado asiento en la reventa), se encontró con el escenario ya montado: pleno sol, era mediodía y en el centro del albero, la cabeza de un hombre, un cristiano, con el resto del cuerpo, bajo el cuello, enterrado. Sus ojos brillaban al sol, sin la más mínima expresión, esperando.

Heliogábalo entra, saluda y es aclamado (eso, ahora, ya no es tan normal, pero entonces era obligado, so pena de poder ser el repuesto del protagonista de la función). Ordena que comience el espectáculo.

Se abren las puertas de los chiqueros y de la oscuridad emerge un león, con toda su melena y unos colmillos… Parsimoniosamente se aproxima a la cabeza, que, a lo lejos, parece muy pequeña…

Llegado, lanza la garra, con sus uñas como cuchillas… pero, sorpresa, la cabeza inmóvil se echa de lado y esquiva, Se nota la tensión, pero no el miedo. El león también se extraña, pero insiste. Nuevo zarpazo… y nuevo quiebro a la muerte.

Así se pasa la escena una y diez veces sin que se vea el final. El personal asiste expectante y emocionado. Cada ofensiva desencadena un murmullo que se viene abajo cuando zarpa hace aire.

Pero en una de estas, la cabeza no solo esquiva, sino que, en un alarde de sangre fría y reflejos, tira un mordisco que hace carne. La garra queda aprisionada y el león, incrédulo, inmóvil.

También la incredulidad y el estupor alcanzaron al graderío, desde el que se empieza a alzar un murmullo, al principio ininteligible. El murmullo se hace alarido, pero no se comprende. No tiene forma, pero, en un instante, todo cuadra, las gargantas sintonizan y se acoplan y los oídos pierden su sordera. El grito toma forma y llega muy lejos; «CRISTIANO, CABRÓN, JUEGA LIMPIO».»CRISTIANO, CABRÓN, JUEGA LIMPIO».»CRISTIANO, CABRÓN, JUEGA LIMPIO». Cristiano, cabrón, juega limpio…

Ante una unanimidad tal como la que se produce, Heliogábalo no tiene más remedio que, complacido, señalar con el pulgar hacia abajo, murmurando «que le corten la cabeza» (esto es de Alicia y lo decía la reina de corazones, pero casa bien).

Y ahí aprendí yo que, seas cristiano, moro, inmigrante o (¿por qué buscar más tipos?) simplemente pobre, lo importante es saber quién manda, cuál es tu papel y hacerlo con corrección sin pretender desmarcarte y agredir a un pobre león.

No hagas “escrache”, que es violencia contra un pobre diputado.

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6 respuestas a Texto borrador para la reflexión: «no hagas escrache, que esta feo»

  1. M.A. dijo:

    Muy cierto artículo, salvo un pequeño error, no son leones, son hienas, o mejor cocodrilos, por aquello de las .lágrimas

  2. Luz S. Mora dijo:

    Acertada e inteligente reflexión con esa pizca de ironía que la mejora si esto es posible. Gracias

  3. Javy dijo:

    Me permitido la licencia de twittear y facebookear esta entrada porque me ha gustado mucho.

    Si hay problemas de copyrigth, creo que el autor me podrá localizar fácilmente con los datos que facilito…

  4. antonio lopez dijo:

    como no se dieron cuenta los romanos, de que el cristiano (pobre) estaba muerto de hambre y que quiso hacer mordiendo al leon era saciar su hambre y engordar para que el leon no solo comiera huesos.
    es lo que han hecho con nosotros nos ha cebado y ahora nos deboran.

  5. MA SD dijo:

    Acabo de leer las declaraciones del portavoz del PP sobre los escraches,el tal Floriano y en principio me han puesto de muy mal humor, el tio no tiene reparos en mentir como un bellaco, aunque dejándolos reposar un poco, tal cantidad de mentiras y calumnias sin sentido sólo pueden obedecer a su nerviosismo, si no, tanto él como la derecha mediática no gastarían tanto tiempo y esfuerzo a contestar unos hechos.
    Será sin duda síntoma de que les jode y se les está haciendo daño. Además estoy convencido de que cada calumnia les resta votos.

  6. Manuel Perpiñán dijo:

    Estimados vecinos: ladran, ergo cabalgamos. O sea, que nuestra organización y nuestra determinación les está jodiendo mucho más de lo que creemos. Comparar un desahucio con un escrache sería motivo de expulsión de la carrera pública en cualquier país decente. Si aúllan, si mienten y calumnian… es que lo estamos haciendo bien. Nunca nos creamos el león, nunca pensemos que estamos haciendo daño a unos pobres politiquitos (mientras no haya agresiones gordas, que ya veremos) no decaigamos porque la razón nos asiste: somos el pueblo y estamos hartos. Y se lo vamos a seguir diciendo por mucho que sus periódicos y sus portavoces (salen todos los días en la tele y la radio) digan que somos unos nazis.
    Muy bien, insúltame, que eso significa que tengo razón.
    Abrazos y nos vemos el 6.

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