Reflexión sobre la pasada asamblea

Publicamos una reflexión personal que nos ha llegado al correo de Comunicación.

Cuando creí que me estaba volviendo loca porque íbamos dejándonos arrebatar nuestros derechos como trabajadores y como seres humanos sin que nadie levantara la voz y llegué a sentir el vértigo de considerar que así eran los nuevos tiempos y que entonces me había equivocado durante mi vida entera, surgió el 15M y trocó en esperanza mi desolación.
Cuando pensé que en la primera asamblea de mi barrio, el barrio en que nací, no iba a reunirse prácticamente nadie, pues Retiro siempre fue un erial para las luchas, me encontré la plaza florecida de manos al aire.
Cuando me presuponía sobradamente experta en movimientos asamblearios, ya que sólo he militado en organizaciones vertebradas en asambleas, fui consciente de que aún tenía mucho que aprender y fuisteis vosotros quienes empezasteis a enseñármelo, aunque me costara aquello de «no ser de izquierdas ni derechas», aunque tuviera que adaptarme a un lenguaje nuevo, toda yo era energía renovada.
Ha habido malos momentos alguna tarde de sábado, pero casi siempre saqué algún aprendizaje que llevarme a casa, pero el sábado pasado, último de noviembre, me llevé tan solo tristeza, tristeza y el cojín que me había preparado, también ilusionada, para resguardame del frío de nuestros escalones. Tristeza digo, y una sensación de derrota que condensé en un suspiro de ¡Otra vez the game is over! (perdonadme el anglicismo). Otra vez nos vamos a la mierda y SIN la música pero a otra parte, en el momento en que más unidos deberíamos estar porque ellos, los de arriba, vienen a quitarnos hasta lo bailado; cuando deberíamos apiñarnos codo a codo, vuelven las facciones sin sentido o, al menos, con un sentido tan prosaico que no debería ser nada ante la que está cayendo.
No vuelvo, me dije, me trago la frustración y las ganas de sentirme con mi gente, con los míos, pero no podría soportar ver como nos vamos diluyendo. Hoy me he dado cuenta de que no puedo retirarme, mientras alguno de nosotros esté en la calle yo quiero estar a su lado. Me queda mucho por saber a mis 50 años y quiero aprenderlo con vosotros.
No me voy a rendir, así que, egoistamente, propongo que hagamos una jornada de acercamiento, entendimiento o algo por estilo, que no sé cómo llamar, para que sigamos caminando juntos, si es necesario «despacio porque vamos lejos», que nos queda mucho por hacer, compañeros de alma. Además a estas alturas ya hasta os quiero. Vale, vale, sé que este no es un argumento operativo, pero qué le voy a hacer, soy una sentimental y no puedo evitarlo.PILAR

Nota de Comunicación: No sabemos si es acertado o no publicarlo, ni si es un buen precedente publicar una opinión personal.  Sin embargo, dentro de nuestro esfuerzo de intentar dotar de más contenidos el blog, y al compartir el sentido de este texto y creer que puede ser útil a más vecinos, hemos considerado publicarlo.